En primer lugar, tenga en cuenta que es usted quien organiza y anima el juego. Por eso, estará presente a lo largo de toda la actividad para plantear el misterio y guiar a los niños en su aventura.
El juego empieza con la lectura de la historia de partida. Así los niños saben qué es lo que van a tener que hacer. Para avanzar en el juego, tendrán que ir en busca de diferentes enigmas, que usted habrá escondido previamente.
Durante la fase de preparación del juego, piense en un escondite para cada enigma. Anote los escondites en su hoja de organización y, después, decida cómo ir diciéndoselos a los niños, alternando todas estas posibilidades :
- Puede utilizar una frase sencilla como «el próximo enigma espera cerca del columpio» (ideal para los más pequeños).
- Puede elegir entre nuestra lista de adivinanzas ya preparadas, que encontrará en el artículo «ideas de escondites» (pestaña «Consejos») (para niños mayores de 7 años).
- También puede fotografiar la zona donde se esconde el enigma y enseñar la foto a los niños en la tableta, el ordenador, la televisión, el smartphone o impresa en papel.
- O puede enseñarles una de nuestras imágenes de escondites, que puede descargar haciendo clic aquí.
Además, tiene la posibilidad de enviar a los niños en busca de un enigma en pequeños grupos (de 1, 2 o 3 miembros). De este modo, hará participar a todos los niños y evitará que siempre sean los mismos los que descubran los enigmas.
Los enigmas son el hilo conductor del juego. En cada enigma, los niños tienen que despejar una incógnita o realizar una acción. Cada vez que resuelven un enigma, vuelven con usted. Si su respuesta es correcta, pasan a la búsqueda del siguiente enigma. Si tienen problemas para entender un enigma, ayúdelos para no penalizarlos. Si son niños que todavía no saben leer muy bien, léales usted el enunciado del enigma y acompáñelos en su resolución. Al igual que para la búsqueda de las pistas, puede hacer que los niños resuelvan los enigmas por turnos, de forma que todos participen.
El juego termina cuando los niños resuelven el último enigma y descubren el desenlace de la historia. Es entonces cuando puede hacerles entrega de nuestros diplomas (para imprimir). Además, también puede darles como recompensa pequeños regalos (libros, juguetitos, objetos hechos por usted como coronas o varitas mágicas, por ejemplo) o bolsitas de caramelos. Puede esconder las recompensas en una caja que hará las veces de cofre del tesoro.